Llegaste con las últimas monedas
del mes. Masticabas
odio, nervios, incomodidad
también un chicle,
de menta y sin azúcar, comprado en el tren.
Ramal Tigre-Retiro.
Apretabas la mandíbula,
la goma inútil se endurecía en tu boca
y vos también te endurecías.
Salivabas angustia y reproches:
escupías amor.
El chicle gastado
durmió en el cenicero
mientras vos soñabas en mi cama
y como sonámbulos, recorríamos un reencuentro.