Arrancame la cascarita de la oreja
en la mitad de una comedia romántica.
Llename las mañanas de mermelada,
indigname con tus opiniones políticas
y aburrime con tus posiciones
de manual.
Tragame sin agua,
dibujame las curvas con tiza institucional
y jugame al doble cero
en todos tus mareos.
Mirame bizco,
callame con caramelos
dormime en tu barba
afiname en el medio de un ensayo.
Atame los cordones en Florida
la víspera de Navidad.
Dame de comer
un ratito más.