Hoy llueve y
en las veredas del centro
todos llevan paraguas.
Que se chocan,
se salen de sus rayos
se inclinan hacia un lado.
Paraguas improvisados en
saquitos, pañuelos, bolsas de supermercado
y expedientes de Tribunales.
Mujeres que odian mojarse el pelo.
Gotas de lluvia que afean los trajes
de cadetes, empleados o gerentes
y les pagan el aguinaldo a
los tintoreros de la city.
Una señora gorda
con el pelo mojado
y musculosa blanca
entra en un café.
Es la parodia
del indie melancólico.
Me seduce un poco
ese motoquero
todo plástico
brillante, negro, amarillo
y esa cara casco que
despejaría con una franela.
El agua cae y moja
mis pies vestidos de verano
Esta no es mi semana, pienso
pero después me acuerdo
de que tengo paraguas
y unos pies hermosos.