lunes, 11 de abril de 2011

Libertadores de América.

Cuando Román metió

el segundo gol

en una calurosa

noche de Porto Alegre

nos abrazamos.


La estafa de una empresa de turismo

te había dejado sin entrada

y te había subido a mi combi

en el descampado donde

la policía brasilera

nos había juntado

a todos los argentinos

por perversión o seguridad.


Con el partido terminado

la copa en casa

el cuerpo aturdido

las puertas cerradas

para los visitantes

nos sentamos

sobre el cemento de la tribuna

y te di mi teléfono.


En una fría noche

de julio

en un restorán

de Buenos Aires

dijiste que más de una vez

te habían comentado

que las estudiantes de letras

éramos todas frígidas.


La última cita

fue la segunda;

fuimos a tu casa

y tirada en la cama

te dejé creer

que el mérito era todo tuyo

pero tu cuerpo no respondió

aunque tampoco te avergonzaste.


Años más tarde, en un subte

atiborrado de gente

nos encontramos.

Miraste para otro lado

y cruzaste caminando

el umbral que separaba

un vagón

del otro.

1 comentario:

  1. :)
    Posible postal de despedida...
    Querido amante de los dichos: Más vale pájaro en mano que cien volando.
    Con amor,
    Tu frígida de letras.

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